jueves, 26 de junio de 2014

los mayores defraudadores




. Al principio

                   Los mayores defraudadores
Se llamaba Rogelia. Era una niña preciosa, rubia con unos ojos inmensamente azules y llegó a la vida con la primavera. Sus padres eran una pareja de enamorados llena de ilusiones, ante la vida y el primer fruto de su unión. Todo en aquel hogar era una fiesta continua. Los padres miraban como crecía Rogelia sin tiempo casi para mirarse ellos con esas miradas llenas de un amor intenso. A Rogelia le gustaba mirarlos sobre todo cuando frente al televisor juntaban sus manos haciendo un pequño puente entre las dos orejeras del salón. Ella acrecía feliz y se desarrollaba normalmente. Su primer anjo ,sus primeros dientes, sus primeros pasos y su primer día de cole, todo era motivo de alegría en el hogar. A medida que ella iba teniendo conciencia de lo que es la vida, el puente que sus padres formaban con sus manos unidas entre las dos butacas del salón había momentos en que desaparecía, así como en sus miradas no veía el amor de antes, que reaparecía únicamente cuando esas miradas se dirigían a ella . Rogelia no podía comprender y empezó a soñar que se caía en un inmenso vacío Al principio sintió un miedo horroroso, pero al final aparecieron unas manos llenas de amor que la estaban esperando, que la cogían unas veces eran las de su padre y otras las de su madre.
Así fue creciendo hasta cumprir los diez años .En su hogar el amor tomó nuevos rumbos y su padre un día no vino a cenar, otras veces era su madre la que salía con amigas que antes no existía. Al final la terrible palabra divorcio  se pronunció en aquella casa que había dejado de ser su hogar. Empezaron el reparto de cosas y amores Rogelia una noche soñó que caia por aquel vacio inmenso que ya conocía, descendía tranquila, confiada en que unos brazos llenos de amor la  esperaban,, pero cuando llego al final, un final que le pareció más largo, vio como un grupo de manos, más bien manitas de niños la esperaban y cogían con gran cariño y lloró, al sentir en su corazón algo nuevo que empezaba a producirse.
El día que la psicóloga intervino y el juez en presencia de sus padres  le pregunto.
Rogelia tu con quien quieres vivir, con tu madre o con tu padre, ella mirando a sus padres con un inmenso cariño como si fuese la última vez que los iba a ver ,dijo. Yo quiero  mucho a mis padres que me trajeron al mundo con tanto amor e ilusión y no quisiera vivir sin ellos, pero si esto no es posible, no quiero vivir ni con mi mamá ni con mi papá. Es a mis padres a los que necesito.
Po favor dijo dirigiéndose  hacia la psicóloga que los acompañaba, extendiendo sus preciosas manitas, llévame a vivir con todos esos niños que como yo han perdido a sus padres

viernes, 13 de junio de 2014

Una tarde con mis nietos



Tafalla, febrero de 2005 Una tarde con mis nietos

Este domingo pasado he comido con Atxu, Paloma y sus hijos, Irati y Aitor. Cuando he llegado estaban viendo la tele y en la pantalla estaban los campos de concentracion de Alemania comentando los horrores llevados a cabo por los nazis durante la segunda guerra mundial.Al decirles que todo aquello me sonaba a conocido,me asaetearon a preguntas y yo les relataba me experiencia.Cuando yo en aquella época viviendo en Madrid, mi hermano con sus amigos solian visitar la embajada de E.E.U.U que por cierto estaba muy cerca de casa y traian unas revistas americanas estupendas,con un papel y una impresión maravillosas para la epoca.Todo era propaganda americana.Los chicos americanos con sus uniformes impecables,sus casas su familias maravillosas y sobre todo su ejercito, que con su potente armamento estaba ganando batallas sin cuento y entraban en los pueblos liberados del horror nazi triunfantes y los guapos soldados americanos eran besados por los liberados con agradecimiento y alegria,sobre todo las chicas que de paso conseguian un poco de chocolate o un pedazo de pan.

Tambien comunicaban los horrores de los campos de concentración, con unas fotos horribles de hornos crematorios donde quemaban a los judios y demas enemigos del régimen, después de engañarles con una pastilla de jabon haciendoles desnudarse y llevarles a una especie de sala ducha donde los infelices eran obligados a lavarse mientras las paredes de la sala se iban juntando hasta exprimir todos los cuerpos.

De los restos aprovechaban aquellos barbaros todo,el pelo,la piel, algunos miembros que sirvieron para que algunos medicos hicieran sus ensayos de ingertos o experiencias medicas. Despues eran quemados o enterrados en fosas comunes, pues los hornos no daban abasto a tanto trabajo.Las mujeres eran llevadas a los barracones de los soldados en camiones y usadas una y otra vez como prostituas, la mayoria morian enfermas.

La historia más cercana y que narrada hoy parece copiada de una pelicula es la de dos chicos de nuestra edad que aparecieron en el pueblo, iban a la escuela de mí

hermano y se entendieron bien con todos los compañeros, supimos que por medio de la cruz roja habian podido encontrarse los dos hermanos que fueron arrojados del tren por sus padres cuando eran llevados a Alemania a un campo de concentracion; primero tiraron a uno y cuando pudieron al otro, asi que no cayeron a la vez, los dos uno por cada sitio encontraron buenos seres franceses, pues estaban atravesando este país que les dieron cobijo y ayudaron hasta que la cruz roja los encontró y logro reunirlos.Vinieron a Navarra y aquí estuvieron siempre pensando que habría sido de sus padres .Volvieron a Francia y allí encontraron a una chica que fue con sus padres a Alemania y que les comunicó que tanto los suyos como los de ellos habían sido gaseados.


Una de las burradas que mas me impactó y que pienso venía en una de las revistas americanas, era unas fotos de alemanes jugando al tiro pichón con los recién nacidos de las presas.

Mis queridos amigos, espero que sigan viviendo en París, abriendo la puerta con cautela, pues el miedo que se paso en aquella época, no es descriptible,sobre todo

Y sin querer hablar de aquello, queriendo olvidar, cosa que es imposible, de todas formas me parece muy bien que se les diga a los que no lo conocieron lo que pasó, pero cuando en el año 2005 vemos familias enteras sufriendo guerras, fusilamientos, bombardeos, madres desgarradas por el dolor de perder a sus maridos a sus hijos , sus casas y todo ello cometido por países que se dicen civilizados no se me ocurre otra cosa que decir, una frase que tenia mucha costumbre de decir una persona muy querida por mí . MERDE ENCORE


jueves, 12 de junio de 2014

El paseo



EL PASEO

Era una pocha y triste tarde de otoño, parecía invierno, la temperatura rondaba los cero grados, el cierzo soplaba con fuerza y el cielo era un mar de nubes que como fantasmas se veían pasar desde el ventanal del cuarto de estar. Los niños llevaban todo el santo día en casa, por lo tanto ya habían jugado a los cromos, al parchís, a las tabas, al juego de la oca, e incluso al ping pong, al futbolín, etc. La terrible pregunta, ¿y ahora qué hacemos?, se aproximaba…
¡A comer!, se escuchó como un canto celestial desde la cocina y las mesnadas infantiles, no os he dicho que eran siete con edades comprendidas entre los 10 a los escasamente 2 añitos, entre primos de una y otra hermana, volaron interesándose por el menú.
Ni que decir tiene que alguna voz decía  Jo, a mí  no me gusta eso,  pero el menú fue desapareciendo rápidamente de la fuente haciendo gozar a padres y abuela al contemplarlos a todos tan alegres y sanotes. Por supuesto, para la abuela los más guapos del mundo.
 Parece ser normal que, después de bien comido, al cuerpo le entre una especie de sopor. ¡Bendita siesta hispana!, pero en este día tan extraordinario en mi casa el sopor dijo nanai, al menos en los cuerpos de los peques y hasta la abuela empezaba a agotarse. Así que, bendita la idea que tuve de repente, ¿qué os parece si nos damos la vuelta al río? Sí, sí, dijeron todos al unísono. Después de poner botas, gorros, bufandas y guantes a los mas pequeños, la sufrida madre y tía salio de casa con la tropa.
El paseo, que pensaba yo no iba ha tener mayor atractivo, resultó un éxito. De repente dije: Mirad aquella nube, parece un perro; los siete clavaron sus ojos en el cielo y empezaron a  mirar. Mirad allá, aquélla parece un pájaro, allá se ve como un elefante, mirad aquélla, parece la profe de gimnasia. El más pequeño tiraba de mí para decirme, Mira mamá, ¿verdad que aquélla parece un ángel?
Cruzamos el río por la presa, que estaba seca, y como era la primera vez que la cruzaban los peques, fue para ellos toda una proeza.
Llegamos a casa tan contentos todo el mundo, olvidando el frío que habíamos pasado. La abuela nos recibió satisfecha, después de haber podido disfrutar de una tranquila siestecita, celebrando los colores tan preciosos que traían en sus caras. Ellos no paraban de contarle lo bien que lo habían pasado y la de cosas que habían visto en el cielo. Los más pequeños, apoyados en su regazo mientras ella les frotaba las manitas para que entraran en calor, se quitaban las palabras de la boca queriendo ser el uno y el otro el que contara a la abuela su historia.
Con un buen chocolate hecho, con barritas de pan frito para untar, entramos todos en calor rápidamente.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.