lunes, 28 de abril de 2008

TINA MADOTTI

Me hubiera gustado conocerte TINA MADOTTI, pero no hemos nacido en la misma época. Tú naciste a finales del siglo 19, cuando yo aun no había nacido. Tu con vocación de fotógrafa, tuviste una muy variada vida siempre adaptándote a las circunstancias que te tocaron vivir como es normal en este mundo; Bien mirando si hubieses nacido en mi época te hubieras encontrado con circunstancias análogas, bien es verdad que tus desplazamientos hubieran sido más cómodos. En eso el mundo ha adelantado bastante, tu viaje desde el país que habrías nacido con pobreza miseria y guerra podía ser uno de los muchos que hoy día existen y en tu viaje a América te esperaría tu puesto de obrera en un mundo opulento pero difícil de dominar, puede que consiguieras destacar en el cine, este no seria mudo, pues hoy con los medios que hay hacen unas películas maravillosa, con sonido fascinante. Sin duda encontrarías tus amores como los encontraste entonces, pero no tendrías la suerte de conocer a Frida a Ribera aTroski etc. Las fotografías que sacarías de México serian tan preciosas como entonces y serian también muy parecidas tus amistades en los ambientes de la bohemia intelectual. Podías también pertenecer al partido comunista, viajar por Europa sin reconocerla, Europa sin guerra y si vas a Rusia ni te cuento. Ni Zares, ni comunismo ni U.R.S ni nada que pudieras reconocer de entonces. España como el ave Fénix, renació de sus amargas cenizas. sigue intentando ser un pueblo culto educado y pacifico. Hoy las nuevas generaciones viven en un país moderno prospero para unos y complicado para otros, como siempre, intentando quitarse el polvo de la dehesa en la que sus anteriores gobernantes la tuvieron sepultada durante décadas por no decir siglos.
No obstante tu fervor revolucionario lo podrías encontrar en ciertos ambientes, intacto, el mundo en ciertos puntos del planeta sigue igual. Guerras miseria incultura pobreza, muerte. Muerte que por desgracia tu conociste bien de cerca cuando caminando del brazo de Mella, este fue ametrallado y tu te viste salpicada por su sangre, la tuya también fue derramada para unos bajo las metralletas y para otros tu muerte fue de un pacifico infarto. Solamente tú sabrás la verdad. Seguramente si pudieras volver, creo que te preguntarías ¿Mereció la pena sufrir tanto?

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